sábado, 13 de enero de 2007

ESTO ERA UNA CABEZA EN QUE LAS OREJAS QUERÍAN VERSE Y NO PODÍAN


Las dos orejas de Antonio estaban desesperadas porque no podían verse. La oreja derecha siempre se preguntaba, igual que la izquierda: ¿como será mi compañera?, ¿grande, pequeña?, ¿con el lóbulo bonito, o es una oreja de mierda?. Entre ellas se hablaban pero nunca se vieron. La oreja derecha comentaba con la izquierda:

- Yo llevo un piercing, ¿ a ti te cuelga algo ?

- Si, el muy bestia de Antonio me hizo un agujero para colgarme un anillo.

- A mi lo que más me molesta al ser la derecha, es que me aplasta al poner el auricular del teléfono.

- Pues lo mio es peor - contestó la izquierda- tengo metido muy dentro un aparato para sordos y me pega zumbidos y silbidos cuando se le acaba la pila.

A veces discutían enconadamente las dos, de política naturalmente. La derecha defendiendo Rajoy y la izquierda a Zapatero. Aquello a veces parecía el congreso, pero como estaban tan separadas jamás llegaron a las manos. Se pudieron ver por fin en algunas fotos las dos orejas, y no se gustaron en absoluto. Eran muy pequeñas y de soplillo. A partir de ver esas fotos ya no se volvieron a hablar.

MORALEJA

No te empeñes en ver lo que no debes ver porque te llevarás una decepción.

3 comentarios:

Mike dijo...

Y lo peor de todo es que las dos orejas son iguales. Más diálogo hace falta entre las personas, y curiosamente, más oido, hay que escuchar al otro para entenderlo. Un besazo.
pd: ¿de dónde has sacado la imagen? me gusta.

Anónimo dijo...

Jajajaja, muy bueno. Es tuyo? Grata sorpresa si así termina siendo...

Anónimo dijo...

MO: Uiiiii me ha encantado la moraleja!!! que razon lleva el cuento!!! Lo tendremos en cuenta, Gracias!!! Pon más cuentos que me ha gustado!!!
Saludillo!!!